El Marrano de navidad

Por: Dr. William Franco G.

El Marrano de navidad

El objetivo ahora es enfrentar un error de la naturaleza, que cayó a estos planos terrenales dotado con lo básico, un sistema operativo - Software - desconfigurado, sin posibilidad alguna de ejecutar dos acciones de manera simultánea, colapsa de inmediato su cerebro cuando intenta hacerlo. Su memoria resolutoria y ejecutiva es precaria. Su área temporal es estrecha, guarda una cerrera similitud con la de los imbéciles que no se pueden obligar por si mismos. Sin embargo, en Colombia esta clase de indigentes mentales tiene sus espacios abiertos en alguna institución del Estado.

Voy a tratar de aproximarme con la delicadeza del caso en razón a la dignidad que ocupa, cargo que fue diseñado a la medida de sus capacidades, y que solo le pagan por ir todos los días a palacio - Casa de Nariño - a preguntar si el presidente esta vivo, de resto no tiene mas funciones que hacer.

Después de juramentarse (2.010) se ha dedicado en hacer lo que sabe: Estorbar, hablar bobadas y decir estupideces - nadie le presta atención -, las mismas que acusaba cuando era un mamerto sindicalista que, hizo de su fuero su mejor oportunidad para organizar protestas y paros acompañado de generosos sancochos en leña.

Fue allí donde este muleto comenzó a cuajar el desgonce grosero de su quijada, y a enquistar las dolencias en sus calendas. Pasaba de bonachón, pero a la hora de repartir las viandas - al destajo-, iba con todo, abriéndose paso a codazo limpio, como una hiena, para luego abalanzarse sobre la mejor presa de la olla; lo suyo eran los huesos de marrano; le echaba mano, y a la jeta iba, sin miramientos ni objeciones, para asaltarlo a mordisco, sin reparo, como perro escuálido y rabioso de calle. En esos avatares, sus esbirros siempre se afanaban en tenerle su bacinilla de peltre para echarle su ración de alimento, rico en grasas y generoso en bastimento. Detestaba las cucharas, siempre tenía a la mano una concha de totumo, con ella podía olfatear mejor los aromas y las notas de humo de su cocido o sancocho.

En los temas de lechona, los enfrentamientos era un asunto de duelo, trompa a trompa, a manotazo limpio. Aceptaba que estaba entre iguales, de ahí que se sentara de frente a observar su marrana con un piquete de cervezas, no para enamorarla sino para desearla. Vencido de la perra, en una dulce embriagues - tres horas después, de retos y miradas -, se acercaba con sigilo y cautela, pero con decisión, para pegarle una espantosa patada voladora - lucky punch -, en toda la pepa de la manzana que se encontraba clavada en el hocico, con el fin que dejara de reírse de manera miserable.

Cualquiera pensaría que era una manera diferente de interpretar al Quijote, pero no se equivoque, el nuestro nunca se sumergió en las historias esquizofrenias del enjuto escudero de la Mancha.

En esos entretantos de sus luchas, no sindicales sino las opíparas, rugía de placer dejando escuchar, en cada zarpazo y sorbo, sonidos onomatopéyicos indescifrables, inaudibles e indescriptibles, que sus compañeros de juergas y protestas asentaban con sus cabezas llenos de sorpresa; solo había espacio para mirarse de reojo y callar. Las burlas no se aceptaban, el camarada comunista tenía hambre. Si fuera otro - aprendiz sindical - , sería objeto de arreos verbales: Metan a esa fiera a la jaula - gritarían unos -, abran paso que llegó el hambre, amarren ese Manatí que anda suelto sin bozal - suplicarían otros -, etc. Pero todos guardaban silencio de cartujos, por ser uno de sus aforados. Era su sello de seguridad, lo protegía de burlas y de azotes.

Luego, cansado y harto de tragar, llegaba lo inevitable, dormitar; se echaba sobre cualquier bulto de papas cuidando en extremo que su grosera panza no lo fuera a vencer, en tirarlo al piso. Sin muestras de rubor desamarraba la cincha, no de la silla de montar sino la de su pretina abdominal, dejando atrás, antes, la botonera de su camisa entreabierta para evitar accidentes. Su barriga "atomborada" siempre fue un riesgo letal, los juegos de guerra no estaban permitidos, son muchos kilotones de energía que almacenaba en su reactor nuclear, y un mal calculo, un botón podía quedar convertido en una bala de fusil en cualquier momento.

Vale decir que, si a estas alturas usted no advertido de quien se trata, voy a ofrecerle mas detalles de semejante personaje que cada vez que lo atisbamos nos genera niveles altos de ansiedad, de pura y física pena ajena.

Si de algo nuestro país se debe sentir orgulloso, frente a sus pares, es al menos de la presencia, en su físico, que tienen nuestros gobernantes. Por fortuna nos hacen ver que no somos un país de regordetes trogloditas mal presentados con genética CroMagnon. Pero, este hilo histórico casi que se rompe. El presidente Santos intentó postularlo - para quitárselo de encima -, a un cargo en el exterior (OIT). Juro que elevé todas mis plegarias y ruegos al cielo, para que esa cosa amorfa no tuviera ni siquiera la oportunidad en conocer la silla donde se iría arrellanar, de haberla visto - tan siquiera a la distancia -, hubiera generado toda clase de conflictos y roces diplomáticos, con tal de querer sentarse en ella; por gracia divina las cosas no pasaron a mayores.

Se imaginan ustedes a ese "bobazo", atollado, sentado a manteles, tragando y rumiando un pedazo de cuadril maduro, y luego buscando con afán un lugar para soltarse los amarres, eructar y escupir sus flatulencias hediondas, ¡ por dios que vergüenza !! . Por fortuna que no alcanzó su propósito. Si esto hubiera ocurrido demandaría al presidente para que se adelantara un juicio por indignidad. Está bien que seamos un país de canallas y rufianes, pero ante todo el glamour. Desde que ocurrió ese impasse ya dudo de la salud mental del presidente, registra estadios de esquizofrenia muy raros y sospechosos.

No estamos para juegos y bromas de mal gusto. No me quiero imaginar que sentiría si me topo con esa morsa andante, caminando disonante y con decidía, en algún aeropuerto, pagaría escondidizos a cualquier precio. No da ni para mozo de maletas, y si aplicara para un cargo de esos tampoco lo recibirían, la escarapela no da para la foto, tendrían que colocar la de un perro bóxer, es lo mas parecido, o reseñar por un lado la mandíbula y por el reverso la trompa con la bola nasal, previa intervención de un maxilofacial que le ajuste la bemba con alambres de acero duro. No le veo otra posibilidad.

El camarada. Compañero, cultivado en las postreras ideas del marxismo - leninismo, lucha de clases y el poder del proletariado; pasó de beligerante y convicto de su ideas, a dejarse enamorar de las bondades que ofrecía la burocracia del régimen que en otrora combatía con planteamientos necios. Y de esto se dio cuenta cuando saltó en paracaídas al M -19, en los tiempos del comandante papito (presidente Virgilio Barco). Dejaron de ser terroristas y con un plumazo se convirtieron en honorables políticos para entrar a palacio.

De allí en adelante se ha mostrado como un experto saltarín, aprendió con facilidad las marrullas y convicciones de los lunfardos, milongueros, políticos. Que, por la mañana baten el trapo rojo, por la noche sacuden el azul, el verde, el amarillo, haciendo de ellos la bandera y colores del travestismo, de las sarapas y ahembrados. Aclaro, para no ser objeto de desmanes, no estoy diciendo que sean locas desplumadas en desespero, no. Los problemas de las antenas y los rabos son de otras orillas. No quiero escándalos ni besatones de bigotes: Líbrame Señor de esas gatas en celo, su estridencia me atribula. Tampoco que me cataloguen de homofóbico, o de gay reprimido, que eso es lo que nos enrostran cuando intentamos decir que el gusto por el culo es un problema de rasquiña y no de genes. Quiero ser vehemente, permítame por favor, lo mío son las hendijas húmedas, la cepa del monte Venus.

Ofrezco disculpas por tener que apartarme del tema - en veces- ; agradezco su infinita paciencia en soportarme, porque el tema hoy es mas un homenaje que una diatriba. Ahora me percato que estoy oficiando de biógrafo de esa ameba y/o seudo-individuo, que nos ha tocado soportarlo de burócrata. Me duele en el alma saber que mis impuestos terminen en sus bolsillos mezclados con las morrocotas de pan que se sustrae a las escondidas en cada ágape donde lo invitan de manera obligada, por rabioso protocolo de presidencia.

Como han podido observar evito a toda costa no pronunciar el nombre de nuestro homenajeado, y me resisto en hacerlo por respeto a su mandíbula de museo de antropología, a su dicción, a la forma como balbucea cada frase. En honor a esa particular forma que tiene de no poder pronunciar una palabra de tres sílabas de manera correcta se debe toda mi consideración, y sobre todo admiración de ver como se desembaraza con agilidad cuando se le atascan las palabras y las sílabas. Ya veo que lo tienen bien libreteado para que recite de memoria lo que tiene que decir, y si algo falla, la instrucción es que comience saltar - brincar - de inmediato para que escupa las sílabas que se trago, y si eso no funciona, la orden es infringir un certero pellizco - por debajo de la faja - con prontitud con el fin de evitar que se le recaliente y se le funda el cerebro.

Estoy por creer que esta puede ser una de las razones de haber ingresado con prontitud en las áreas del sindicalismo, esto le permitía, y lo blindaba, en permanecer rodeado de gente, contando así siempre con acólitos que lo cuidaran cuando hablara; y si se le amarraban o se le enredaban las palabras, unas sobre otras, el esclavo de turno tenía y tiene la orden de meterle la espuela, como si fuera un "estartazo" (descarga eléctrica - acción de choque) en función de desentrañar las palabras que se traga de manera perversa.

No es para equívocos, el problema no era de "gageras", es cuestión de memoria RAM, solo nació con un slot. Además por se un ser en extinción su estructura de programación, su arquitectura es cerrada, no permite insertar otros módulos para volver mas robusto el sistema operativo.

Cuando lo veo hablar me recuerda a Cicerón el romano, que al percatarse de su problema al pronunciar las palabras en el foro se introducía una piedra debajo de la lengua para corregir y domar su falencia en la dicción. El nuestro nunca lo hizo, y tampoco lo necesitaba. el poder lo arropaba con todas sus carencias, lo importante - gobernante de turno - era echarlo a la maleta en cada viaje al exterior para mostrarlo, no como un animal exótico de los bosques húmedos tropicales sino con el ánimo de hacer saber que en Colombia, si, existía y existe espacio para las expresiones sindicales. Sin duda este fue el payaso que escogimos, el preciso, el otro que tenemos es muy chupadorcito - enamorado del ron de caña - y no puede ver una baldosa porque se le tira encima para azotarla. El primero es mas recatado y menos necio, el segundo es muy habladorcito.

Su único interés actual es recuperarse pronto de sus dolencias, fruto de su adicción perpetua a la fritanga y a la rellena, sin olvidar su longaniza. Su afán no es aconductar la templanza en sus ideas, o acrecentar el discernimiento de su juicio, eso lo tiene sin cuidado. A el lo que lo priva es ver un micrófono, y si observa una cámara a la distancia, se vuelve adusto y circunspecto con ínfulas de estadista. Pero ahora se le ha dado por salir a injuriar, diciendo: " Que un aumento al salario mínimo del 3.5% es miserable..."

No hay que prestarle atención, es una simple estrategia para cultivar lealtades del ayer, son tormentas sin rayos, el no tiene sustento para demostrar lo que dice, nunca le dio un golpe a la tierra, nació discapacitado para adelantar cualquier actividad motriz, por eso se dedico mejor al sindicalismo: Hablar pura paja...

Angelino, te quiero, sos un completo payaso, gracias por existir. .........................., pero bien lejos. Sos un improvisado en todo lo que haces, por donde pasas, arrasas. Dejaste al Valle del Cauca arruinado, mas de lo que estaba. Espero que mi donaire y salmodias, sin tridente, no te fatiguen al andar.



15 Diembre de 2012