Sexo anal con mi hombre

Consulta: Quiero saber los riesgos que pueden existir al sostener relaciones anales. Mi novio ha intentado varias veces penetrarme, pero siento mucho dolor. Que puedo hacer para que esto no suceda, y la relación sea placentera. Estaré atenta a su respuesta.

Respuesta:

Antes de involúcranos en el desarrollo del tema, es bueno que usted conozca ciertos aspectos que sirven de referencia para su mejor comprensión.

"Un buen polvo por el culo encoña, agarra a cualquier felino, por necio y exigente que sea."

Zona anal:

En las paredes del conducto anal, a nivel interno, existe un área del sistema nervioso central, con características propias, únicas de esta zona en sus terminales nerviosas, que producen unas sensaciones muy particulares y diferentes, a otras áreas de cuerpo humano. Esto hace que la sensación que se percibe en un comienzo sea asimilada de manera extraña. Por parte de quien recibe la estimulación (mujer).

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es: Durante el proceso de penetración -los dedos o la verga- hay momentos que la mujer puede sentir la sensación de ir al baño, siente ganas inmensas en defecar, lo cual no es cierto. Es un comportamiento erróneo del cerebro que no sabe diferenciar la identidad del cuerpo (pene) que roza los sensores nerviosos del canal anal, diseñados exclusivamente para regular el manejo de las excretas.

Sin duda esto genera prevención en la mujer, creando reticencia y rechazo. Hecha esta aclaración esperamos que la actitud cambie en su percepción. Cada vez que usted tenga un contacto sexual por vía anal va a estar presente esta falsa sensación. Vale decir que es transitoria, al comienzo, mientras el cerebro reconsidera su interpretación.

Para que una relación sexual de esta índole sea satisfactoria, ambas partes deben de estar preparadas en aceptar esta forma diferente de estimulación. No olvidemos nunca que la parte mental es vital, toda actitud de prevención se ve reflejada de manera directa en el resultado del placer sexual. El cerebro es el órgano sexual más importante del ser humano, es allí donde se crean todas las situaciones de placer y dolor que puedan existir.

Precauciones que se debe tener en una relación anal:

  1. Aseo personal: Antes de la relación sexual verifique usted misma un tacto rectal, con uno de sus dedos, para saber en que condiciones se encuentra la ingesta de alimentos. Si al terminar el procedimiento observa, en el dedo, algún residuo de sus excretas es mejor que se abstenga en llevar a cabo esta clase de relación. Por recomendación es mejor que lo deje para otra oportunidad, por riesgos de higiene.

    Vale decir también que, en todas las farmacias y/o droguerías usted encuentra productos disponibles para hacer un lavado anal, sin duda brinda más confianza y menos prevención a la hora de la intimidad.

    Si las condiciones de momento son apremiantes, y no hay lugar en disponer de este recurso, simplemente entonces con sus dedos retire del conducto anal cualquier residuo que pueda existir usando buena cantidad de agua, hasta quedar totalmente limpio. Hágalo de manera lenta y suave, tómese el tiempo que sea necesario. Luego lave sus manos, igual que su vagina - no use jabón - para evitar riesgos de una posible infección en esta área.

    Si usted no queda completamente segura después de efectuado su aseo personal es mejor que evite la exploración anal. Sin duda su mente va a estar distraída pensando en alguna eventualidad que pueda suceder, perdiendo así el foco de atención.

    Si bien su actitud puede ser imperceptible a los ojos de su pareja, él de todas formas a "nivel inconsciente" detecta su energía nerviosa, y su comportamiento inseguro, aunque él no comprenda a ciencia cierta que es lo que sucede en el interior mental de su mujer. Resultado de la escena: Ninguno de los dos termina disfrutando.

  2. Uso de preservativo: Para esta exploración erótica es recomendable usar protección (preservativo) para efectos de evitar riesgos de infección a nivel de la uretra (conducto urinario) del hombre. El no uso de este adminículo (condón) aumenta las posibilidades de riesgos, por residuos de excretas que puedan ingresar en el canal urinario.

    Ahora bien, una de las grandes bondades por la cual los hombres son menos proclives a infecciones urinarias que las mujeres se debe a la dimensión de este conducto. En el hombre es mucho mas largo brindado la posibilidad que el germen infeccioso en su recorrido desaparezca o pierda su fuerza letal antes de tocar un órgano. Por el contrario en la mujer el conducto urinario es mucho mas corto, motivo por el cual permite adquirir con mayor facilidad toda clase de infecciones, además de ser una zona extremadamente húmeda (vagina) propicia para toda clase de cultivo de gérmenes bacteriales.

  3. Uso de lubricante: La región anal está conformada por un músculo llamado esfínter, de forma circular o de anillo, su función es "dilatar" para arrastrar hacia adelante el cuerpo fecal, impidiendo a la vez que este regrese al momento de la "contracción" muscular. Esta función intrínseca del músculo (contracción) hace que sea indispensable el uso de un gel lubricante vaginal para que el ingreso del pene sea mucho más suave y menos doloroso para la mujer.

    Si no se dispone de un gel, la saliva puede ayudar a humectar un poco mejor, sin ser lo mas óptimo. El uso del gel debe ser generoso en la cantidad que se va aplicar, tanto en la parte del conducto anal como en la verga del hombre. Si se opta por no usar ninguna clase de lubricante se corre el riesgo que al ser penetrada se rompan algunos pequeños vasos sanguíneos del conducto anal, por le efecto mismo de la fricción.

  4. Estimulación previa: Es bueno que su pareja antes de introducir el falo, estimule con generosidad el esfínter anal para que este se dilate un poco. Esta labor se puede emprender al mismo instante que se aplica el lubricante. Uno de los dedos debe ser introducido de manera suave y delicada, haciendo giros rotatorios (circulares), yendo de menos a mas, siempre tratando de abarcar el mayor campo posible.

    La estimulación que se ofrece sirve además para ir borrando los miedos que pueda existir en la mente de la mujer, a su vez aprende a descubrir nuevas sensaciones que antes no había percibido en su cuerpo.

    Mi última recomendación en este tema es la siguiente: Si usted va a sostener relaciones anales sin preservativo, no permita nunca ser penetrada después por la vagina, durante la relación sexual actual, los riesgos son muy altos para adquirir una infección. Igual el hombre debe cuidar de su aseo íntimo lavando su miembro con un jabón antibacterial o mejor con un jabón quirúrgico (se consigue en cualquier farmacia y/o droguería).

    Cual es la mejor posición para el sexo anal

    Son varias las posibilidades que se pueden adelantar en este campo, sin embargo, hay unas más cómoda que otras. Lo más importante por encima de todo, antes que pensar en la posición es estimular bien el área anal, con las manos, para efectos de obtener una dilatación generosa en el esfínter, de ahí en adelante todo se hace más fácil.
    1. Acostada de lado: De todas las posiciones es la más cómoda para la mujer, el punto de apoyo se encuentra diseminado, proporcionalmente repartido en todo el cuerpo. El área de las piernas no soporta fuerza alguna que genere presión sobre los músculos de la pelvis. Esto hace que la región anal esté más relajada. Igual el hombre debe estar en dirección paralela a la mujer, inclinando levemente su cuerpo, sin soportarse en ella, para luego penetrarla.

      Para las mujeres primerizas, primíparas esta es la mejor opción, aunque el hombre no la disfruta mucho por la imposibilidad de él observar bien como penetra a su hembra. Una de las grandes satisfacciones que tiene el hombre en las relaciones anales es satisfacer el morbo de ver, de observar la majestad del culo de su hembra, como es devorado.

      Son imágenes imborrables que siempre el hombre va a recordar siempre, aún después que termine su relación afectiva. Quiero que sepa algo: Un hombre podrá olvidar el número de novias que ha tenido en su vida, pero nunca olvidará las mujeres que le han dado ese culo para follarlo con su espada. Un buen polvo por el culo encoña, agarra a cualquier felino, por necio y exigente que sea.

    2. El perrito: Posición en cuatro, el peso del cuerpo se distribuye entre las manos y las rodillas. No siempre es una posición cómoda, depende mucho de la estatura de ambos (hombre - mujer), es proporcional la comodidad a la altura del hombre, entre mas alto sea - 15 centímetros en adelante - se disfruta mejor de esta posición. La única variable que puede existir para resolver este inconveniente es, jugar con el ángulo (abrir) de las piernas de la mujer, sin embargo, es una posición que ella no puede sostener de manera constante, por el mismo cansancio que le produce el peso del hombre cuando la cabalga.

      En la postura del perrito, la posición de la espalda de la mujer también juega un papel protagónico, hay que saberla arquear para que el culo se levante y quede justo al nivel ideal para poder penetrar con facilidad el pitón del macho. No todos los hombres tienen la destreza en saber colocar a su hembra en la posición que se debe, por lo general son torpes, y carecen de paciencia suficiente para adelantar esta labor de ajuste.

      Por minúsculo que parezcan estos detalles, más de un polvo se ha perdido, por un simple cambio súbito en la posición del ángulo de las piernas y de la espalada, el hombre pierde de inmediato la concentración, haciendo a veces imposible volver a recuperar el estado de excitación que se tenía. El 70% de las relaciones anales fracasan, en el orgasmo del hombre por culpa de este simple detalle, casi todos terminan su faena masturbándose.

    3. Posición vertical - parada (de pié): Igual que la anterior, se debe tener en cuenta la estatura de ambos, entre más pequeña sea la mujer mas incómodo se vuelve para el hombre la labor de penetración, este inconveniente se puede salvar en cierta medida, levantando los talones de los pies. Produce cansancio en las piernas después de determinado tiempo, motivo por el cual ambos se distraen con facilidad perdiendo el foco de atención en el disfrute erótico.

      La mejor opción para esta postura es en el baño, donde la mujer pueda posar sus manos sobre la loza (plataforma) del lavamanos con el fin de repartir mejor el peso de su cuerpo y así tener mejor posibilidad de levantar la cola al nivel del falo de su pareja. Esta posición no es muy recomendable para varones aprendices, pueden lastimar a la mujer en el proceso de penetración, no saben medir la fuerza a la hora de embestir, en cualquier momento se pueden sobrepasar.

      El baño es un lugar excelente para el sexo anal, el espejo se vuelve cómplice de la aventura erótica, la opción de ver es ideal para disfrutar a plenitud el morbo que produce las diferentes miradas y gestos que cada uno imprime a sus actos. Esta opción de comunicación visual abre la ventana para crear frases morbosas y comentarios de alto contenido erótico entre ambos.

      Entre mas órganos de los sentido (oído - ojos - tacto) se vean involucrados en la relación sexual, mas posibilidades existe de lograr un buen orgasmo.

    4. Posición del misionero: Es la mas común y universal de las posturas para una penetración vaginal, igual puede servir para buscar una penetración por vía anal. Para emprender esta labor se requiere que la fémina tenga un grado bueno, aceptable de flexibilidad a nivel de la pelvis y despliegue de sus piernas. Es un requisito indispensable para que ella pueda sentirse cómoda.

      Aparentemente es una posición muy fácil de llevar a cabo, pero a la hora de la verdad se vuelve algo incómodo si no se conoce bien el tema. El hombre se cansa con facilidad por no lograr encontrar un punto de apoyo cómodo para sus manos, sus cambios repentinos genera distracción.

      Una buena opción para mejorar la calidad de la posición es introducir debajo de la cadera de la mujer una o dos almohadas, sin duda facilita la labor de penetración por parte del hombre.

Esperamos que toda esta explicación didáctica sirva de herramienta de ayuda para sus propósitos, y borrar de plano todo destello de duda o prevención que pueda existir de su parte.