Cartagena, una comedia, arde en llamas

Por: Dr. William Franco

Cartagena, una comedia, arde en llamas

Una cosa es ser el "corralito de piedra" y otra muy diferente es tener un corral de bandidos en el sector público. Juan Gossain es certero y concluyente al afirmar: No se puede permitir que una canoa de rufianes se sigan robando a Cartagena.

Pero no basta decirlo, hay que actuar y comenzar a levantar piedras y colocar estacas en cada lugar para observar, con lupa en mano, haber que chanchullos se esconden, pero antes hay que meter entre palos, y arrinconar contra las cuerdas a una tal advenediza Piedad Zuccardi (senadora) casada con un delincuente de nombre Juan García Romero, hermano de otro hampón Álvaro "el Gordo" García Romero - autor intelectual de la masacre de Macayepo, condenado a 40 años de cárcel.

Este trío de Gorgonas, nefastos y fatales hay que enfrentarlos con rigor como lo hizo Perseo, con decisión; hoy la Medusa es la Zuccardi, monstruo de mil serpientes al cual hay que cercenar en la política para luego emprender las hazañas que haya que iniciar en recuperar la ética y la decencia en el manejo de la Cosa Pública.

La madona Zuccardi, que posa de reina y doma letal de la política en Cartagena, cuenta con serias denuncias por vínculos con el paramilitarismo. Si bien no se heredan los delitos penales, de su cuñado (asesino) y esposo (peculador), si recibe de ellos el apoyo mediático y el favor electoral en las urnas.

Con este preámbulo - abrebocas - de Piedad Zuccardi, y conociendo la forma de actuar de la CSJ frente a temas de paramilitarismo tenemos que advertir que estamos en presencia de una futura presidiaría del Buen Pastor (cárcel), que está en capilla. "Camina como un pato, se mueve entre patos, habla como un pato .... ¿ que es ?. El que entendió, entendió."

Lo triste de esta historia es: Mientras la justicia llega, Cartagena se cae a pedazos, se la siguen robando a los trancazos, y la Zuccardi con tenazas de cilicios y tras bambalinas continúa estrangulando con soterradas artimañas lo poco que queda o lo mucho que falta.

En el entretanto, la ciudad sufre metástasis, hace agua a babor y a estribor; el sector público invadido por comején, en plaga. Solo basta observar lo que ocurrió con la directora de la Oficina de Instrumentos Públicos, una tal Emilia Fadul Rosas. Apenas le abrieron la gaveta le encontraron pus por todos lados......, se fue sin escala para el "Buen Pastor" (cárcel), la espada le entro sin aire, sin tropiezo hasta tocar las puntas de la yemas. Estaba tan podrida, esta oficina, que no resistió el primer hervor de investigación.

Fue tan grave, y bochornoso el asunto, que el señor Superintendente de Notariado y Registro - Jorge Vélez García -, tuvo que volar urgente, desde Bogotá, para tomarse - por asalto - sus propias dependencias en Cartagena, antes que se las terminaran de robar. Algo fétido, muy fétido, se encontró. Lo mismo parece que está ocurriendo en temas de: Salud, Hacienda, Aseo, Educación, Transporte, etc. Y si se hurga la justicia seguramente también encontrarán carteles de jueces y fiscales inmersos en la misma colada o cloaca. La gente de bien, allí, no tiene espacio en el sector público, ser honesto y eficiente entorpece las marañas de los bandidos.

El palo en la heroica no está para hacer cucharas, el fuego arde en todas sus dimensiones, si nos ponemos a esperar lo atemporal de la justicia penal en Colombia, solo quedarán las murallas. En buena hora el alcalde (e) Bruce MacMaster solicitó con carácter urgente la presencia e intervención de la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación y de la DIAN; y no propiamente estarán allí para embellecer el paisaje de la ciudad sino para investigar con prontitud e inmediatez el rosarios de entuertos, en sectores de influencia política, donde la acosadora Zuccardi es la ventrílocua del poder.

La actitud del alcalde (e) MacMaster es clara: Todo aquel que orbita en la Plaza de la Aduana es objeto y sujeto de sospecha, y no es para menos dudarlo, la ciudad está sitiada no por bucaneros y piratas, sino por mercenarios públicos y de la política.

Ahora la atención se debe centrar en ver como se deshoja la margarita, en la elección del nuevo alcalde. La vigilia comienza, la rapiña entra en tregua, es hora de la manguala y las componendas para armar una terna. El futuro de la ciudad está en manos de necios partidos de garaje, empresas electorales, son ellos por ley los que deben elegir los candidatos potenciales para ocupar la Plaza de la Aduana (alcaldía).

Es hoy o nunca, hay que arrancarle de las fauces la ciudad a los corruptos políticos. Todas las democracias son imperfectas, la nuestra no es la excepción, no hay mucho juego para torcer el hocico, Bruce MacMaster debe partir, pero algo se debe hacer, señor presidente Santos.

Yes we can

29 Octubre de 2012