Admiración siempre

Debo reconocer en primera instancia que no es fácil para mí enfrentar estos momentos, se me hace un nudo en la garganta poner punto final a esta carta de renuncia.

Debo reconocer que como jefe fue el mejor, de usted aprendí muchas cosas que son invaluables, y que siempre, donde vaya, irán conmigo. Sus enseñanzas serán mi báculo al andar.

Aprovecho la ocasión para agradecerle la paciencia que mostró en ciertos momentos de mi trabajo, siempre hubo una frase de apoyo para seguir adelante, Gracias.

Mi gratitud perenne, respeto y admiración siempre.